Entre los compositores de ópera nacidos en algún país de la península itálica, hay demasiado talento y muchísimos consiguieron con los años el renombre. Sin embargo, entre los autores más recientes, hubo uno cuyo talento destacó y hoy por hoy, hablar de él es hablar de ópera italiana: Giuseppe Verdi.
Nacido en Le Roncole, un pueblo en la provincia de Parma, Giuseppe Verdi se convirtió en uno de los primeros exponentes musicales de la Italia unificada y fue el protagonista de la ópera italiana en el llamado Ottocento. Además, ese sentimiento de la unificación italiana se vio en muchas de sus obras, que comenzaron a ser solamente italianas y no referidas a una región en específico.
Verdi, el unificador
Italia no fue un país hasta mediados del siglo XIX, cuando la monarquía piamontesa y las tropas de Giuseppe Garibaldi fueron conquistando toda la península, destronando los poderes de todas las monarquías del norte, de los Estados papales y del Reino de las Dos Sicilias.
Verdi vivió toda esa etapa, pues fue además un profundo simpatizante de la unidad de Italia. Con la concreción del Reino de Italia, Verdi se convirtió en senador desde 1874.
La Traviata y Va pensiero
La obra más famosa de Giuseppe Verdi fue, sin duda, La Traviata, estrenada en 1853, y que forma parte de una trilogía junto con Rigoletto e Il trovatore. En específico, La Traviata es una obra inspirada en la novela de Alexandre Dumas, La dama de las camelias. Esta obra hizo que Verdi pudiera llegar a la cúspide, debido al desarrollo de los personajes y la calidad orquestral.
Por otra parte, el coro Va pensiero quedó inmortalizado en la identidad italiana. Este coro pertenece a la obra Nabucco y Verdi se lo asignó a los hebreos cautivos en Babilonia. Tras su fallecimiento, este coro se cantó en su cortejo fúnebre.
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